El Consejo Superior de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) declaró este lunes la emergencia salarial y comunitaria, un reconocimiento tardío de una crisis que lleva años gestándose: docentes que sobreviven bajo la línea de pobreza, estudiantes al borde del abandono y un gobierno nacional que, lejos de garantizar el derecho a la educación, recorta, congela y condena al sistema público al desmantelamiento.
LA UNIVERSIDAD PÚBLICA, EN CAÍDA LIBRE
El comunicado oficial –aprobado en sesión del 12 de mayo– es un catálogo de fracasos:
- Salarios devorados por la inflación: En los primeros tres meses del año, los aumentos para docentes y nodocentes no superaron el 1.5%, mientras la inflación acumulada rozó el 8.3%. La pérdida real: 4 salarios anuales en 2024. Hoy, un auxiliar docente cobra menos de $150.000, un monto que ni siquiera alcanza para cubrir la canasta básica.
- Fuga de cerebros: Investigadores y profesores migran a otras actividades o al exterior. No hay carrera universitaria posible con sueldos de indigencia", advierte un docente de Ingeniería que pidió anonimato.
- Becas Progresar: una burla: Congeladas en $35.000, no cubren ni el transporte ni los apuntes. "Vengo a clase con el estómago vacío", denuncia una estudiante de Trabajo Social.
EL AJUSTE SILENCIOSO: ¿SABOTEO A LA EDUCACIÓN PÚBLICA?
La UNAJ –creada en 2009 para democratizar el acceso al conocimiento en el Conurbano– hoy sobrevive con parches. El gobierno nacional recortó fondos para infraestructura, comedores y materiales, mientras el 45% de los jóvenes trabaja en negro, sin horarios compatibles con el estudio.
Las cifras no mienten:
- 6 de cada 10 jóvenes en el Conurbano están en la informalidad.
- 70% de los estudiantes de la UNAJ depende de becas que no se actualizan desde diciembre.
- Renuncias masivas: Solo en 2024, 3 de cada 10 docentes dejaron sus cargos.
VOCES CRÍTICAS: "ES UN ATAQUE PLANIFICADO"
"Declarar la emergencia es un paliativo, pero sin presupuesto real, la UNAJ se convertirá en una universidad fantasma", sentencia María López, secretaria del sindicato docente. Mientras, el rectorado evita señalar al gobierno nacional como responsable, pese a que:
-El presupuesto educativo 2025 es 40% inferior al de 2023 (ajustado por inflación).
-No hay plan para recomponer salarios.
-Las obras prometidas (aulas, laboratorios) están paralizadas.
EL FUTURO QUE NOS ESPERA: ¿UN PAÍS SIN CIENCIA?
El comunicado lo admite: "Un futuro sin universidad libre garantiza pobreza y atraso". Pero la pregunta incómoda queda flotando: ¿Por qué un gobierno que habla de "modernización" estrangula a las universidades?
Mientras, en Florencio Varela, los estudiantes siguen llegando, aunque cada vez más flacos, más cansados, más pobres. La UNAJ resiste, pero la pregunta es: ¿Hasta cuándo?
ESTO NO ES SOLO UNA EMERGENCIA, ES UNA SENTENCIA
La resolución del Consejo Superior no incluye medidas concretas. Sin aumento presupuestario, sin políticas de retención docente y sin becas dignas, la declaración queda en papel mojado. La educación pública se muere, y nadie en el poder parece dispuesto a salvarla.
¿Habrá movilización?, ¿Respuesta del Ministerio de Educación?. Por ahora, solo silencio. Y ajuste.