En la dinámica económica provocada por la descontrolada "revolución de precios", la gestión de Javier Milei ya está dejando una estela de destrucción en el tejido social y comercial del país. La tercera semana de diciembre ha sido testigo de un colapso abrupto del 8.4% en las ventas de productos de consumo masivo, según señala de manera contundente el informe de la consultora Focus Market. Pero eso no es todo: en comparación con el mismo período de 2022, el desplome se torna catastrófico, alcanzando un 38.4%.
En un giro de eventos irónico, diciembre, conocido por el alza en el consumo debido al aguinaldo y las compras festivas, se ha transformado en un paisaje desolador este año. La inflación acumulada, combinada con la liberación de precios impulsada por el gobierno de Milei y la depreciación oficial de la moneda, han creado una tormenta perfecta que afecta directamente al bolsillo de los ciudadanos.
Damián Di Pace, líder de Focus Market, pinta un cuadro desolador: "El consumo, ante estos niveles de precios, experimenta un declive pronunciado en diciembre, tradicionalmente el mes de mayores ventas. La afluencia de peatones en los puntos de venta disminuye drásticamente, acompañada de una caída en los volúmenes de compra. El poder adquisitivo se desvanece a una velocidad alarmante."
El desplome del consumo tienen sus raíces en la primera semana del gobierno de Milei. La abrupta devaluación del peso frente al dólar, impulsada por el ministro de Economía Luis Caputo con un aumento del tipo de cambio oficial del 118%, desencadenó una espiral de consecuencias negativas.
A esta catástrofe económica se sumaron los aumentos producto de la liberación de precios instaurada por el gobierno. Con el cese virtual del programa Precios Justos, las empresas se lanzaron a recuperar los meses de atraso con aumentos del 100%, públicamente denunciados por las grandes cadenas de supermercados.
El aprovechamiento del fin de los acuerdos de precios, anticipado por Milei desde el primer día hábil tras la victoria de Massa, se materializó con listas de aumentos del 100% durante la semana del 11 de diciembre, incluso después de la subida del dólar oficial. Los productos de consumo masivo experimentaron un aumento del 40% para alimentos y un 70% para artículos de limpieza en mayoristas.
Como si esto no fuera suficiente, se dio luz verde a las petroleras para elevar los precios de los combustibles, con aumentos del 80% en la nafta y el gasoil entre fines de noviembre y el 13 de diciembre. Este incremento tuvo un efecto dominó, impactando prácticamente todos los sectores de la economía.
No es sorprendente que una semana después de estos eventos, el consumo se desplomara un 8.4%. La canasta de productos de consumo masivo registró un aumento del 15.4% entre el 16 y el 22 de diciembre, según las mediciones de Focus Market.
La tragedia económica no se limita al consumo masivo; las compras navideñas y el turismo también sufren el embate. La CAME informa que las ventas navideñas en comercios minoristas pymes disminuyeron un 2.8% en comparación con el año anterior. Sectores cruciales como "Cosmética y Perfumería" se desplomaron un 23.5%, "Jugueterías" tuvo una contracción del 0.3%, y "Calzados" descendió un 13.6%.
En el ámbito turístico, la Cámara Argentina de Turismo pronostica una baja en las reservas para fin de año en comparación con 2022. Salvador Femenía, vocero de CAME, confirma una ocupación baja y prevé que la temporada solo se mantendrá gracias a visitantes extranjeros.
El telón de la revolución de precios se levanta, revelando un escenario caótico donde los ciudadanos comunes luchan contra una realidad económica desafiante y unas festividades marcadas por la incertidumbre.