En un controvertido anuncio por cadena nacional, Javier Milei, acompañado de su Gabinete en la Casa Rosada, reveló un extenso decreto de necesidad y urgencia (DNU) que desmantela más de 300 leyes, generando un fuerte impacto en la estructura estatal y abriendo la puerta a la influencia desenfrenada del mercado. El presidente, en su estilo característico, proclamó el fin de un "andamiaje opresor" que, según él, ha llevado al país al colapso.
Contrario al entusiasmo oficial, las calles de Buenos Aires respondieron con bocinazos y cacerolazos, mientras una multitud se congregaba en la Plaza Congreso para expresar su rechazo al ajuste propuesto. El discurso presidencial, que apenas duró 15 minutos, careció de detalles sobre el DNU, declarando una "emergencia pública en todas las áreas". Milei justificó las medidas alegando la necesidad de evitar "la peor crisis de la historia argentina", sin profundizar en las fechas o consecuencias específicas, asi que no sabemos si incluyó a Menem y a Macri.
En su anuncio, Milei señaló que las últimas décadas estuvieron marcadas por "recetas fracasadas" que calificó como "de izquierda, socialistas, fascistas, comunistas". El presidente, acompañado por el exfuncionario Federico Sturzenegger, detalló 30 puntos que, según él, constituyen la "base de la reconstrucción económica", destacando la derogación de leyes como la de Alquileres, Abastecimiento, Góndolas, y la apertura a la privatización de empresas estatales, incluyendo Aerolíneas Argentinas. No sabemos aun qué tendrá que ver la posibilidad de que los clubes se transformen en sociedades anónimas con la recuperación económica.
El ámbito laboral no quedó exento, con Milei defendiendo una "modernización" que reduce derechos, amplía periodos de prueba y legitima despidos por bloqueos o tomas de establecimientos. Las reformas también establecieron pisos de cobertura mínima para servicios esenciales, limitando el derecho de huelga. La reforma del Código Aduanero, del Civil y Comercial, y la desregulación de servicios como internet satelital, completaron un paquete de medidas que, irónicamente, Milei presenta como "devolución de libertad".
En un guiño nostálgico a la era Menem, el presidente asegura que su plan sigue las huellas del "mejor presidente de la historia". Sturzenegger, presente en la cadena nacional, destacó este proyecto como una "descontaminación legislativa". La lista de cambios económicos y sociales se suma al plan de estabilización de Luis Caputo y anticipa futuras leyes para el Congreso, incluyendo reformas tributarias y políticas.
A pesar de las afirmaciones de Milei, la aceptación política y social de estas medidas parece incierta. Mientras el Partido Justicialista las declara "nulas e inconstitucionales", la Coalición Cívica estudia si "violan derechos constitucionales". Los sindicatos ya han anunciado protestas, y las calles resonaron anoche con bocinas y cacerolas en un repudio que evoca recuerdos de décadas pasadas.
En medio de esta tormenta política, los ciudadanos comunes quedan en la encrucijada entre la prometida libertad y los riesgos de retroceso social. ¿El camino hacia la reconstrucción será realmente el que anuncia Milei, o se avecina una nueva crisis que afectará a los más vulnerables? La incertidumbre domina mientras la historia se repite en las calles de Buenos Aires.