En medio del 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres, que reunió a miles de participantes en Jujuy, el gobierno de Javier Milei decidió no suscribir un documento internacional sobre igualdad de género, elaborado en Brasilia y previsto para ser presentado en la cumbre del G20, programada para el 18 y 19 de noviembre. Con esta decisión, Argentina se ha convertido en el único país del bloque en no respaldar el consenso global sobre la materia.
Vanessa Dolce de Fari, encargada de los temas de género en la Cancillería de Brasil, expresó preocupación ante la postura adoptada por el gobierno argentino, señalando que "cuando la extrema derecha avanza, las mujeres pierden". La negativa de Milei a adherir al acuerdo refuerza su compromiso con lo que ha denominado una "batalla cultural" contra el movimiento feminista, al que ha identificado como un adversario en múltiples ocasiones.
El rechazo al documento no solo refleja un distanciamiento respecto al consenso internacional, sino que también implica cuestionar aspectos fundamentales, como el reconocimiento de las tareas de cuidado como trabajo remunerado. Esta postura perpetúa una visión tradicionalista que ignora la realidad cotidiana de miles de mujeres y familias, evidenciando un enfoque que retrocede a concepciones del pasado.
La decisión del gobierno también abarca una actitud de desinterés ante la lucha contra la violencia de género, lo que representa un retroceso alarmante en materia de derechos y protección para millones de mujeres en el país. Esta falta de acción podría contribuir a normalizar actitudes de odio y misoginia, silenciando las voces de las víctimas y poniendo en riesgo los logros alcanzados en décadas de lucha.
Con su decisión de no participar en el diálogo global sobre igualdad de género, Argentina se aísla del contexto internacional y se convierte en una excepción dentro del G20. La postura de ultraderecha no solo frena los avances en derechos de las mujeres, sino que también amenaza con desmantelar conquistas sociales que deberían considerarse fundamentales e innegociables en una sociedad democrática del siglo XXI.